jueves, 23 de diciembre de 2010

EL DICCIONARIO

    Como  última tarea en esta unidad vamos a aprender a usar correctamente el diccionario.
 Sé que puede resultar pesado buscar una palara y cuando tenemos dudas preferimos seguir adelante o preguntar, pero no usamos el diccionario.

EL DICCIONARIO  ES UN GRAN ALIADO

    En él no sólo encontramos el significado de una palabra sino los distintos usos que puede tener según el contexto en el que se use, además nos chiva  la categoría gramatical de esa palabra y así ampliamos nuestro vocabulario y repasamos la teoría aprendida en clase, recuerda que ya conocemos el sustantivo y que en esta unidad estamos trabajando con el pronombre.

HAGAMOS UN CONCURSO
     Para jugar necesitaremos:
  • Un diccionario por parejas.
  • Lápiz y papel.
  • Conocer el abecedario, no olvides que un diccionario se organiza alfabéticamente.
  • Destreza y atención.
     Comienza el juego:
  • Todos buscamos la misma palabra.
  • Controlamos el tiempo de búsqueda.
  • Quien encuentra y copia sus significados en menor tiempo, gana.
 

3 comentarios:

  1. MIS AMIGOS Y YO JUGANDO AL FUTBOL

    Un sábado por la mañana fuimos mis amigos y yo a jugar un partido de fútbol en Cumbres de Enmedio , el campo era el más grande de Huelva.Empezamos a jugar el partido con la selección Aldeana y en el minuto doce nos metió el primer gol de Antonio Anastasio, en el minuto veintitrés empatamos el partido con un gol de Kiko chispa y en el último minuto marcamos el gol de la victoria con gol de Rogelio.
    Saliendo del estadio Matate nos empezó a tirar piedras al carromato y Genaro se bajó y le metió con la panza, al cabo de una hora se levantó atate con un dolo de cabeza del barrigazo que le había metido Genaro , pero luego fue para casa de Genaro y le pegó.

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  2. COTIDIANA

    Tras una discusión, Rogelio colocó a su mujer sobre la mesa, la planchó y se la vistió.No me sorprendió que resultara muy parecida a un hábito.

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  3. EL CAPITULO EN EL QUE WALT MUERE

    Me abracé fuertemente, porque tú no me abrazabas. El vagón
    de metro estaba lleno de gente que nos ignoraba, mientras
    yo veía cómo tus palabras se volvían puñales donde ayer sólo había caricias. Y no podía dejar de deslizar mis dedos por tu cuerpo, cautos y temblorosos, esperando que cambiaras, preguntándome por qué las lágrimas se arremolinaban en mis ojos. Y negándome a dejar escapar ninguna. Siempre fui estúpidamente orgulloso. Y siempre fue en vano. No pude evitar que dos gotas corrieran por mis mejillas, mientras creía escuchar cómo me prometías que todo iría bien. Abandoné el vagón, apartando la mirada de ti. Pero apretándote suave y discretamente contra mi pecho.
    No sé si todo irá bien, pero sé que iré contigo hasta el final. Sé que son esas lágrimas, las mismas que me obligaron a contener, las que me enseñan que estoy vivo.

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